Las reuniones contractuales son encuentros formales entre las partes involucradas en un contrato. El principal objetivo de estas reuniones es asegurar que todas las partes involucradas comprendan y acuerden los términos del contrato, resolviendo cualquier ambigüedad o inquietud que pueda surgir.
En esta reunión participan representantes de todas las partes firmantes del contrato, que pueden incluir al cliente, proveedor, contratista, subcontratistas, especialistas relacionados con el contexto del contrato y eventualmente stakeholders relevantes. Las reuniones suelen tener una agenda predefinida que aborda temas específicos, como avances en la ejecución del contrato, revisión de plazos, discusión de variaciones o cambios, resolución de controversias, entre otros.
Periodicidad
La periodicidad de estas reuniones puede determinarse en función de varios factores:
• Naturaleza del Contrato: Contratos más complejos o de mayor envergadura pueden requerir reuniones más frecuentes para garantizar que todos los aspectos se estén abordando adecuadamente. Por ejemplo, un proyecto de construcción de gran escala podría requerir reuniones semanales, mientras que un contrato de servicios de consultoría podría tener reuniones mensuales.
• Duración del Contrato: Contratos a corto plazo pueden tener una serie de reuniones programadas desde el inicio hasta la finalización del contrato. En cambio, los contratos a largo plazo podrían establecer reuniones trimestrales o semestrales para revisar avances y resolver problemas.
Lo anterior no quita que por situaciones especiales se requieran de reuniones contractuales eventuales.
• Etapas del Contrato: al inicio del contrato (kick-off), al cumplir algún hito, y al final del contrato, se suelen realizar reuniones.
• Incidentes o Cambios: Si ocurren incidentes, desacuerdos o se requieren cambios en el contrato, se pueden convocar reuniones extraordinarias fuera de la periodicidad regular.
• Requisitos de las Partes: Algunas partes pueden solicitar reuniones más frecuentes por razones específicas, como la necesidad de un seguimiento detallado o inquietudes particulares sobre el contrato.
En términos generales, una buena práctica para el arranque de cualquier contrato, es tener una reunión semanal, esto permitirá monitorear de cerca el inicio y de a poco ir acordando la periodicidad de acuerdo a las necesidades del proyecto y/o servicio.